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jueves, noviembre 10, 2005

Dos por uno: Los Gemelos y Mellizos

La historia se desarrolla más o menos así: estás segura de que estás embarazada, el test de farmacia y la nueva talla de pecho te lo están diciendo. Pides cita en tu ginecólogo y con una alegría que te hace tener la boca en permanente sonrisa te recuestas en la camilla para la primera ecografía. Tu médico se queda mirando la pantalla un pelín serio y un escalofrío te recorre el cuerpo.

¿Pasa alguna cosa mala?- preguntas.
No, pasan dos cosas buenas. Laten dos corazones, vas a tener gemelos.


El escalofrío que ahora te ha recorrido el cuerpo se ha convertido casi en convulsión. Le preguntas si está seguro. Te dice que tanto como de su nombre. Tu marido te mira asombrado. Tu no sabes si ponerte a reír o a llorar. Tener mellizos o gemelos es una de esas noticias buenas que en la mayoría de los casos preocupa. La emoción se mezcla con el miedo y el peso de la enorme responsabilidad que ha llegado a vosotros. Tener sentimientos encontrados es normal durante el embarazo. Y mucho más cuando los niños llegan a casa. Cuidar a dos bebés recién nacidos es una tarea agotadora que resta fuerzas, energías y muchas, muchísimas horas de sueño. Por ello, lo perfecto es que una futura madre de gemelos intente organizar bastante antes de dar a luz quienes le pueden echar una mano al llegar a casa. Como también es conveniente que haga el curso de preparación al parto antes de la fecha normal, ya que normalmente el embarazo gemelar no llega a su término. Pero volvamos a la llegada a casa. Si los famosos sentimientos encontrados llegaran trata de no tener sentimiento de culpa y descansar todo lo que puedas. Es más, trata de irte a dar un paseo muy largo o al cine mientras alguna persona de confianza cuida de los niños.

Otro tema es la educación propiamente dicha de un par de hermanos gemelos o mellizos. Si a un niño "normal" le cuesta reconocer su propia individualidad y aprender a conocerse como persona, a los hermanos mellizos más y a los gemelos mucho más. Hasta el punto de que muchos hablan siempre en plural, se inventan un nombre y responden por él los dos, hablan un lenguaje propio que les retrasa el dominio del lenguaje materno, uno de ellos es mucho más retraído que el otro ya que la personalidad dominante del hermano le acompaña allá donde vaya o haga. Antes o después los gemelos deberán separarse, si por su educación lo logran antes de llegar a la pubertad, donde seguro que ocurrirá, será mejor para ellos.


Existen unas pautas convenientes de seguir dentro de lo posible para que los padres favorezcan la madurez individual de cada hermano.

  • Procurar no ponerle nombres muy parecidos.
  • Dedicar un tiempo de juego o charla por separado con cada uno, ellos necesitan saber que son importantes por si mismos.
  • No vestirles iguales, y mucho menos si uno de ellos no quiere.
  • Separarles de aula en el colegio.
  • Si os vais de viaje uno o dos días, dejarles a cada uno en casa de un amigo distinto, donde se sientan divertidos y seguros.
  • Procurar separarles de cama lo antes posible.
  • Aprender a diferenciar el potencial de cada niño y animarle a desarrollarlo. No aplaudir más las habilidades de uno e intentar apuntarles a clases extraescolares distintas según sus preferencias.
  • Evitar que la madre se ocupe siempre de uno y el padre de otro.
  • Aunque surjan pequeñas peleas es mejor no comprarles siempre dos juguetes iguales, deben aprender a tener cada uno lo suyo y compartirlo.
  • Evitar llamarles "los mellizos" o "los gemelos".
  • Intentar no comparar los progresos de uno y otro, es fácil que si uno empieza a andar, leer o nadar antes que el otro, los padres se pregunten si el que no lo ha hecho todavía debería estar haciéndolo, así, le "achuchan" para que lo haga. Esto dañará la autoestima del niño y le obligará a hacer algo para lo que no está preparado. Son dos personas distintas y cada uno lleva su ritmo.

Dejando de lado los pequeños problemas que conlleva los primeros años de unos hermanos gemelares la verdad es que tenerlos es una experiencia única que no todos los padres pueden vivir. Y para ellos, será una vida de compañía, amistad y recuerdos mutuos.